Desde Granada Visible celebramos el traslado del dictador, pero vemos insuficiente esta medida, que de por sí ha tardado demasiados años en realizarse. Tras el desalojo del dictador del mausoleo, aún nos queda erradicar el franquismo social que impregna nuestro país y regula nuestras instituciones. España sigue siendo "el segundo país del mundo en número de desapariciones después de Camboya, con 114.226 hombres y mujeres que permanecen en fosas comunes, algunas con más de mil personas dentro, sin haber sido identificados y enterrados dignamente por sus familias". Mientras, el Estado queda impasible ante estos hechos, para vergüenza nuestra y del mundo. Entre las miles de víctimas del régimen fascista, las personas LGBTI sufrieron multitud de injusticias, como ser sometidas a tratamientos de choque, ser asesinadas, lobotomizadas, torturadas, encarceladas, y tratadas como delincuentes y enfermas. Este genocidio hacia toda la disidencia sexual y de género ha sido silenciado, mientras hacen borrón y cuenta nueva nuestros políticos creando la ilusión de un país liberado de sus pecados y libre de toda culpa. Pero no es fácil engañarnos. Nunca olvidaremos los campos de concentración para homosexuales, como la colonia agrícola de Tefía, en Fuerteventura, y prisiones como la de Badajoz y la de Huelva, o las cárceles de Carabanchel y la Modelo de Barcelona. Nunca olvidaremos cómo se prohibió a numerosos homosexuales residir en su tierra o visitar ciertos lugares o establecimientos públicos con el límite máximo de 5 años, o cómo se les negó la existencia a las lesbianas, llevadas a un convento o a una clínica psiquiátrica, y si tenían hijos eran apartadas de ellos. Nunca podremos olvidar las palizas, asesinatos y la exclusión a la que fueron sometidas las mujeres trans, a quienes siempre se les prohibió expresar su identidad de género. No podremos mirar con buenos ojos las reformas implantadas si no van acompañadas de una condena y ruptura absoluta con el franquismo, que la Justicia investigue los casos, que se indemnice, repare económicamente y reconozca a nuestras compañeras víctimas y se visibilicen sus historias, y de este modo preservar la memoria de nuestro terrible pasado. Exigimos el fin de la Fundación Francisco Franco y de "todos los símbolos que exalten la dictadura", como igualmente ha pedido el Parlamento europeo. Ningún grupo neofascista y neonazi y cualquier otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo puede coexistir con la democracia. Por otro lado, expresamos nuestro desprecio a la impunidad de los crímenes franquistas, por los que PP, PSOE y Cs se han unido de nuevo para impedir la modificación de la Ley de Amnistía y que no sea aplicable a los crímenes cometidos por el franquismo durante la Guerra Civil y la dictadura, y de este modo se pudieran investigar, enjuiciar e imponer las penas correspondientes a las personas responsables de haber cometido delito de genocidio, lesa humanidad, delitos de guerra y otras graves violaciones de derechos humanos. ¡Basta ya de impunidad! Es hora de poner fin a la Transición y construir la democracia ya.