Cartelería y actividades del Orgullo Granada 2019 de Granada Visible:
Fotos de la Queercentración el 5 de junio de 2019:
MANIFIESTO ORGULLO 2019
Los disturbios del Stonewall suelen considerarse el inicio de las protestas LGTBI+ en todo el mundo. Fue partir de este momento cuando empezaron a multiplicarse los movimientos de lucha, cuyo objetivo era transgredir el sistema social, en un contexto de denuncia en contra de las injusticias económicas, raciales, genéricas o sexuales, y de batalla por los derechos de las personas LGBTI+.
En este mes de junio de 2019 se cumplen 50 años de lucha, en los que hemos conseguido muchos derechos y muchas libertades, aunque aún queda mucho por hacer. Todavía el acoso escolar por LGTBIfobia azota nuestras escuelas e institutos. El 85% de las personas trans se encuentran en paro y sin poder acceder en un futuro a una pensión en edad de jubilación. El 62% de las personas LGTBI+ en España sigue dentro del armario en sus centros de trabajo por miedo a represalias. Los incidentes de odio registrados van en aumento, siendo 328 tan sólo en Andalucía durante el año 2018 y lo que llevamos de 2019. Seguimos presenciando terapias de conversión que atentan contra nuestro colectivo, considerando nuestra orientación sexual o identidad de género una enfermedad. En Granada no nos escapamos de esta lacra con la impunidad del médico M.Á.S.C. a través del colectivo sectario Verdad y Libertad. Además, vemos con preocupación el estancamiento de España en políticas de igualdad, con la ausencia de una legislación estatal que garantice nuestros derechos, una política de acogida pésima o la falta de reconocimiento del derecho a la autodeterminación de género, que nos ha hecho caer del noveno puesto al undécimo en el ranking europeo sobre derechos LGTBI+ según la entidad ILGA Europa.
En España, las vidas de las personas LGTBI+ estuvieron fuertemente marcadas por el horror de la dictadura franquista, siendo sometidas a multitud de injusticias, como ser asesinadas, ser sometidas a tratamientos de choque, lobotomías, torturas y encarceladas, tratándonos como delincuentes y enfermas. La sanguinaria maquinaria del Estado llevó a cabo todo un proyecto de genocidio hacia la diversidad sexual y de género. Existieron incluso auténticos campos de concentración para homosexuales, como la terrible colonia agrícola de Tefía, en Fuerteventura, y prisiones como la de Badajoz para gays pasivos y la de Huelva para activos, mientras otros grupos junto con mujeres trans iban a las cárceles de Carabanchel y de la Modelo en Barcelona.
Nos negamos a permitir su olvido y exigimos que se reconozcan y visibilicen sus historias, su sufrimiento, valentía y labor, indemnizaciones y reparaciones económicas a las víctimas, que la Justicia investigue los casos, y la condena total al franquismo.
Estos 50 años de lucha nos lleva a pensar en la senectud de quienes pelearon por nuestros derechos con tanto sudor y lágrimas. Siendo ahora mayores se encuentran en la más absoluta soledad. El conjunto de la sociedad, y el propio colectivo LGTBI+, les ha abandonado en una situación de vulnerabilidad, indefensas, desprotegidas y en una situación de dependencia, volviendo al armario por miedo a no ser aceptadas en los centros residenciales. Esto no puede seguir así. Su dolor nos destroza con todo lo que han hecho por el colectivo. Reclamamos una serie de medidas destinadas a la mejora de la calidad de vida de nuestros mayores, como una atención residencial especializada, una mayor visibilidad del colectivo de Mayores LGTBI+, y que se respete su dignidad e integridad.
Nuestra bandera es ante todo memoria histórica. No es sólo representación de nuestras sexualidades y nuestra euforia de género, sino también es rabia, miedo, supervivencia y dolor. ¡Basta ya de instrumentalizar a nuestro colectivo para blanquear políticas discriminatorias que normalizan violencias! ¡Basta ya de paternalismo!
Nuestra lucha no es una mera atracción turística, ni un negocio del que beneficiarse. El Orgullo es provocación, es reclamar nuestro espacio, es reivindicar la diversidad sexual, de género y familiar, dentro de la diversidad cultural y racial. No se nos compra con medallitas. Nuestro premio es la consolidación de nuestros derechos.
¡SOMOS RESISTENCIA! ¡POR UN ORGULLO REIVINDICATIVO!